Una de ellas me dijo que agradecía que fuera una gurú o un fakegurú.
Es decir, prefería un antigurú.
¿Y qué es exactamente un antigurú?
Pues algo así como un gurú de gurús. Alguien que no quiere adeptos. Si no clientes satisfechos que se vayan a sus casas a dormir y a vivir.
Esto, que te puede parecer poco profundo, es esencial para la sanación. Y la gente que sabe de gurús lo aprecia (mucho).
Hay quienes prefieren un gurú porque buscan reemplazar a su madre. A estos no les gusta que no quiera ser parte de su familia.
En definitiva, ser un antigurú te convierte en un instrumento de sanación de gran alcance, con los pies en el suelo.
Yo le llamo facilitador sistémico.