Miran en la misma dirección, aunque no tengan una meta común.
Lo que se vislumbra en esa dirección está lejos.
Por eso se mueven hacia ahí, pero se encuentran pocas veces.
Cada uno recorre el camino, en esa dirección, a su particular manera.
Tampoco llegan al mismo lugar. Pues lo que miran y hacia donde se mueven es demasiado grande, demasiado profundo e inconmensurable.
Y sin embargo hay entre ellos una referencia mutua, tanto en el camino como en la meta; a veces se encuentran, recorren un trozo del camino juntos, se escuchan y se complementan en su intercambio.
Luego, enriquecidos y animados por las experiencias mutuas, vuelven a marchar cada uno por su cuenta.
Sin embargo, en su alma siguen caminando cerca del otro.
Texto de Bert Hellinger PENSAMIENTOS EN EL CAMINO. Bert Hellinger. Editorial Rigden Institut Gestalt